Las
desigualdades en las sociedades se extiende de los inicios de la primera división
social del trabajo en el neolítico, desde entonces la sociedad humana ha estado
en una lucha entre los que sí tienen mucho y los que no tienen nada. Esta realidad
ha sido objeto de estudio por la sociología a lo largo de los último años, sin
embargo las connotaciones sociales del siglo XXI marcan una nueva etapa de esta
desigualdad, las nuevas exigencia creadas por la sociedad a raíz del surgimiento
de al Tecnologías de la Información y Comunicación está generando nuevos debates
sobre ciertos conceptos para explicar estas fenómenos sociales.
Dentro
de estos debates esta la conceptualización de Exclusión Digital, este término
empleado en la sociología como exclusión social para referirse a las personas
que no tienen una participación activa dentro de la productividad de la sociedad.
Sin embargo, ¿podemos llamar a estas personas como excluidas?, ¿acaso esas
personas viven en otro mundo?, ¿están estas personas fuera de nuestra realidad
social? La Respuesta es: no, estas personas están dentro de la estructura
social, simplemente que su participación dentro de la misma es diferente, por
no poder ser un actor social económicamente activo, así que podemos decir que no
hay excluidos sociales. Muchos investigadores han implementado otros conceptos
debido a las críticas que tiene el concepto de exclusión digital, entre ellos
esta: Castell que habla de Desafiliación
Social, Paugam 2003 de Descalificación
Social, Buarquer 1994 habla de Aportación
Social. Ahora, si no hay excluidos sociales, ¿podemos hablar de excluidos
digitales?
El
acceso a las tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) es uno de los
problemas que la sociedad post moderna está enfrentado. El derecho a la libertad
de expresión actualmente también se ha trasladado al mundo digital, por lo que
muchos consideran que el acceso a las TIC es un derecho Humano.